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estadistica

domingo, 11 de abril de 2010

Fermín Salvochea "El alcalde de los pobres" XIII


En la noche del 23 de Agosto de 1891, estallaba un petardo en La Alameda, hiriendo a cuatro adolescentes y causando el panico general, entre los presentes. Desde mayo ya se venían produciendo explosiones, y la Autoridad, cuya autoridad brillaba por su ausencia, valga la redundancia, pretendía culpar al circulo anarquista de la ciudad.
Salvochea se encontraba en prisión, más salió de ella a los pocos dias y se apresuró, mediante el periodico "El Socialismo" a rechazar las acusaciones. Se desató una sospechosa persecución contra los trabajadores. Los militantes "Suero" y "Carmelo", fueron detenidos por el hallazgo en su domicilio de "La Tubería" y aparatos de instalación de gas del extinguido "Circulo Obrero",
cuya junta administrativa le había confiado para su custodia. Lo mismo le ocurrió a Juan Cepero, al que la policía descubrió en su domicilio, un pedazo de tubo, que según él, había traido su hijo de la calle para usarlo en sus juegos.
El día 26, Ponce, conserje de la redacción, negó al ser interrogado, que la noche en que estalló el petardo, saliese de paseo con Antonio "El Pintor", obrero ajeno a la Anarquía. El tal pintor se presentó en la redacción para interesarse por el interrogatorio, y al poco de marcharse, se presentó la policía con orden de registrar el local del periodico. Dos compañeros y Ponce, presenciaron el reconocimiento, pero debido al elevado número de policías, el vigilarlos a ellos fué misión imposible. Un policía afirmó haber encontrado en una alacena tres tubos, uno cargado y con la mecha puesta. Ponce, les hizo observar que la alacena donde decían haber encontrado los tubos, se encontraba en la zona donde está el retrete, y por lo tanto en un espacio público, por lo que cualquiera podría haberlos puesto ahí.
Durante su estancia en prisión, Salvochea tuvo un incidente con el Presidente de la Audiencia, que se encontraba en una rutinaria visita a los presos. Al pasar ante su fila, al verle le reconoció
y le preguntó:

PRESIDENTE.- ¿Tiene usted alguna queja del establecimiento?
SALVOCHEA.- Lo que tenemos que decirle, es que esta galería en la que estamos, por su humedad y otras causas, no reunen las condiciones para ser habitadas por ningun ser humano.
Pr.- No haber delinquido y no la habitaríais.
Salv.- Pues entonces, ¿Para qué preguntaís?
Pr.- No sea usted osado.
Salv.- El osado es usted, replicó Salvochea.

El magistrado, ofendido, levantó su bastón, amenazante y dispuesto a descargarlo contra Salvochea, quién dio un paso al frente, acercó su puño cerrado a la cara de la autoridad y con la mayor calma le dijo: "Pega anda, pega si te atreves".
Los agentes rodearon al Presidente en su defensa, mientras Salvochea era enviado a la celda de castigo.
El pueblo de Cádiz se manifestó frente al viejo caserón de la cárcel y algunos periodicos que denunciaron la actitud del magistrado, fueron sancionados.
Se abre un nuevo proceso contra él, y al salir a declarar ante el juez, se produce una nueva disputa, que dá lugar a un nuevo atestado. Fue porque al comparecer ante el juzgado y no rebir invitación alguna, tomó asiento al tiempo que decía:

SALVOCHEA.- Los funcionarios judiciales toman asiento, y sin duda por olvido, no me invitan a hacer lo propio.
JUEZ.- Entre el juzgado y usted hay mucha diferencia, y por lo tanto le prevengo que se ponga en pie para declarar.
Salv.- No puedo, porque donde hay otras personas sentadas, tengo por costumbre de hacer lo mismo. Mantuvo Salvochea.
J.- ¡Levantese usted!
Salv.- Ya le he dicho las razones que tengo para permanecer en esta situación, donde están otros sentados, no puedo yo, permanecer de pie.

A la vista de lo inútil de toda intimidación, se intentó pasar a la interrogación, pero Salvochea indico:

SALVOCHEA.- Después de lo ocurrido, no me encuentro dispuesto a declarar.

Advertido de las consecuencias que acarrearían tal actitud, respondió:

SALVOCHEA.- Yo siempre acepto la responsabilidad de todos mis actos.

Meses después, tuvo otro juicio en el que aparece implicado, como autor del articulo "La Piqueta", publicado en el periodico libertario "El Socialismo".

El ministerio fiscal procede al interrogatorio;

FISCAL.- ¿Usted se confiesa autor de los articulos que se tratan?
SALVOCHEA.- De ese primero, sí. El otro tiene puesto al pie, que es traducción del italiano.
F.- ¿Usted tenía el intento de que concurrieran los obreros a la Plaza de San Antonio y declarar huelga?
S.- Sí.
F.- ¿Sabe usted si despues de esa hoja, se celebró la manifestación?
S.- La hoja no llegó a publicarse, porque fue secuestrada.

La defensa expone: Si el fiscal hubiera conocido la historia moderna de la ciudad de Cádiz, sabría que ese hombre, dueño de la ciudad en circunstancias criticas, hizo que no faltara nada en los hogares, y que no se atentara contra vecino alguno. Y termina: La causa no tiene importancia, solo se la dá al acusado.
Acto seguido el Presidente del Tribunal, se dirige al acusado:

PRESIDENTE.- Acusado, ¿Tiene algo que decir?
SALVOCHEA.- Aunque es la primera vez que se me hace comparecer en este sitio, otras veces he sido procesado. Pero siempre he renunciado a la defensa, porque entiendo que la misión de estos tribunales, es defender una sociedad basada en la explotación del hombre y...
Pr.- No puedo permitirle continuar, solo es dable exponer lo que sea referente al hecho de que se trata.
Salv.- Entonces, no tengo más que decir.

El Presidente pregunta a los miembros del jurado:

¿Los señores jurados desean hacer alguna diligencia más que puedan contribuir en esta causa?
Tras una respuesta negativa y cumplidas las deliberaciones, se emitió veredicto.

1º.-¿Es culpable D. Fermín Salvochea de haber publicado un suelto en el periodico "El Socialismo", que ha sido denunciado?
-No.
2º.-¿Se excitaba con este suelto a la manifestación?
-No.
3º.-¿Estaba prohibida la manifestación pública, antes de ser publicada la hoja?
-No.
4º.-¿Se celebró la manifestación el 1 de mayo?
-Sí.
5º.-Vió la hoja denunciada la luz pública?
-No.

Salvochea fue absuelto plenamente.

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