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estadistica

lunes, 5 de abril de 2010

Fermín Salvochea "El alcalde de los pobres" VII


Compareció ante un consejo de guerra, siendo condenado a diez años de destierro en ultramar.
Todavía se conserva el interrogatorio, documento de notable valor historico y clave para la comprensión integra del personaje.


FISCAL-¿Como se llama usted?
SALVOCHEA-Fermín Salvochea.
F.-¿Edad?
S.-26 años.
F.-¿Estado?
S.-Soltero.
F.-¿De profesión?
S.-El comercio.
F.-¿Religión?
S.-En cuanto a religión, tengo una muy especial; hacer todo el bien que pueda.
F.-Pero, ¿A qué secta corresponde?
S.-No tengo secta alguna, de mi religión yo soy el pontífice.
F.-¿Jura usted decir la verdad en todo lo que le fuera preguntado?
S.-Soy hombre que siempre dice la verdad y en esta ocasión más.
F.-Sí, pero...¿Jurais?
S.-He dicho que no juro y sí prometo decir la verdad.
F.-¿Conoceis a los jefes de la milicia ciudadana que han tomado parte en los ultimos acontecimientos?
S.-Sí, los conozco.
F.-Decid sus nombres.
S.-Eso no, y como no hay fuerzas humanas que me obliguen a decir lo que no juzgue prudente, no os molesteís en preguntarmes por nombres propios.
F.-¿Ha sido usted quien ha mandado en las operaciones de los insurrectos?
S.-He tenido el honor de ser defendido por todos mis compañeros, defensores de los hollados derechos del pueblo.
F.-Os advierto que no podeís prejuzgar ninguna determinación de las autoridades.
S.-Y yo os advierto que he de responder lo que me dicte mi conciencia.
F.-¿Quien mandó hacer fuego contra el piquete que venía publicando el bando de su excelentisimo Sr. Gobernador Militar?
S.-No lo sé.
F.-¿Quien mandó formar las barricadas?
S.-Yo.
F.-¿Y quien las fabricó?
S.-Mujeres, hombres y niños.
F.-¿Quien organizó despues la lucha?
S-Yo.
F.-¿Quien ordenó poner en libertad a los presidiarios?
S.-Nadie mandó tal cosa; ellos forzaron la guardia que los custodiaban. Cuando supe este hecho, mande a fuerzas populares a que les trajesen a todos a las Casas Consistoriales, donde los ocupé en hacer cartuchos y otras faenas, pero siempre vigilados por los voluntarios de la libertad.
F.-¿Quien ordenó la colocación de cañones dentro de las Casas Consistoriales y en las bocacalles de la plaza de San Juan de Diós?
S.-Yo lo dispuse por indicación de mis compañeros.
F.-¿Quienes eran esos compañeros?
S.-Vuelvo a repetir a usted que no me pregunte por nombres propios, porque no los he de decir y al mismo tiempo le suplico no se moleste en hacerme preguntas capciosas, pues estoy prevenido
para todas mis contestaciones y no me ha de obligar a salir de la conducta que me he trazado.
F.-¿Quien inició la construcción de barricadas en el circulo de la población y dió los medios de resistencia que emplearon los milicianos?
S.-Nuestro General en Jefe.
F.-¿Y quien era ese General?
S.-Se llama D. Instinto Popular.
F.-Por los datos recogidos por la comisión militar, se deduce que la milicia ha contado con más pólvora y municiones que la repartida por la Junta Revolucionaria.¿Como se adquirió el exceso?
S.-Porque siendo libre la venta de pólvora y plomo, cada ciudadano habrá comprado lo que pudo, o creyó conveniente.
F.-Eso prueba que había idea preconcebida para el movimiento.
S.-Nó, prueba que los voluntarios de la libertad comprendían que para defender sus derechos contra cualquier agresión, es necesario algo más que un fusíl.
F.-¿Insiste usted en asegurar que el movimiento fue espontaneo y sin preconcibitación?
S.-Lo he dicho ya una vez y además, esta en la conciencia de todos los que la han presenciado desde su principio.
F.-Se os acusa de haber sido el instigador de los sucesos.
S.-Y yo afirmo, que quienes han dado lugar a ellos son las autoridades civiles y militares por su conducta antirrevolucionaria.
F.-¿No podrá usted negar que ha sido el causante de la prolongación de la lucha?
S.-Y no lo niego
F.-¿Afirma usted que excitaba a las turbas a prolongar la resistencia?
S.-Afirmo que todos los ciudadanos que me rodeaban, respondían a mis consejos con el grito unánime de "Viva la República".
F.-Pero esos consejos eran para rebelarse y no para acatar las ordenes de las autoridades.¿No es cierto?
S.-Todos pensabamos de la misma manera, morir con honra,
F.-El Excelentisimo Sr. General en Jefe del ejercito de operaciones en Andalucía, dispuso lo conveniente para que llegase a manos de usted, una disposición fechada en el barrio de Extramuros, solicitandoos la entrega de armas. ¿Llegásteis a conocer dicho documento?
S.-Sí, lo leí, lo rompí y se me olvidó seguidamente su contenido; pero no impedí que circularan con profusión los enviados a la ciudad.
F.-Durante la suspensión de las hostilidades, ¿Se dieron ordenes contradictorias para impedir que salieran de la Plaza las muchas personas que querían abandonarlas?¿Provenían de usted tales ordenes?
S.-Nunca dí esas ordenes, en absoluto, mi parecer en ese particular era permitir la salida de todo aquel que lo solicitara.

El pueblo de Cádiz supo apreciar ese caracter tan elevado, nombrandole por mayoría, representante de Cádiz en las Cortes. El gobierno provisional no reconoce esa elección, al igual que el Parlamento Revolucionario. Extraños revolucionarios que pensaban que Salvochea no encajaba en su compañía. Ahí llevaban razón, pues el verdadero sitio de Salvochea estaba en las barricadas y no en el Parlamento.


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